EUROPA
PRESS
15 marzo
2018
Nutrición
saludable desde la infancia, estas son las claves
En mayor proporción de la que pensamos,
la alimentación infantil puede prevenir enfermedades crónicas que se dan en la
fase adulta, fundamentalmente relacionadas con la nutrición, y especialmente
las cardiovasculares.
Así lo afirma en una entrevista con Infosalus
el catedrático de la Universidad de Zaragoza, el profesor Luis A. Moreno Aznar,
presidente a su vez de la Sociedad Española de Nutrición, quien subraya que nuestro
organismo, al nacer, es como si contara con un disco duro vacío que hay que ir
programando.
"Se programa entre otras cosas por los nutrientes que
recibe desde la etapa gestacional. Por eso empieza a ser importante ese periodo
para la vida del bebé, por la capacidad una vez nacido de modificar el
metabolismo y los sistemas orgánicos. No obstante, ésta capacidad disminuye con
el paso del tiempo, por lo que ya en la edad adulta es difícil de mejorar. Por
eso es muy importante la prevención lo más precoz que se pueda", subraya
el experto.
El profesor Moreno resalta que por ejemplo actualmente en
adolescentes destaca el escaso consumo de frutas y de verduras, así como el
alto contenido en sal de muchas comidas, dos factores que contribuirán al
desarrollo, en la fase adulta, de la hipertensión. En este punto, recuerda la
predisposición genética, que hará además que algunas personas sean todavía más
sensibles a un alto contenido en sal.
"Es probable que hijos y nietos de personas con
hipertensión arterial conserven esa susceptibilidad genética. Por ello es
importante controlar el consumo de sal a niveles normales, consumir alimentos
naturales con muy poca sal añadida, y hay estrategias para que el consumo no
sea muy grande, por ejemplo si se disuelve sal en agua ya se sala la comida con
esa disolución de sal, que es muy pequeña, y además la sensación de sal es
mayor proporcionalmente, y por supuesto condimentar con especias y otras cosas.
No hay que hacer que la comida no sepa a nada sino valorar estrategias para que
sea igualmente buena pero aportando menos sal", defiende el especialista
en nutrición.
Poca sal y mucha
fruta
A su juicio, también es importante desde la concepción, y
especialmente entre los mil primeros días del bebé, y hasta los dos años de edad
y en la adolescencia, mantener una serie de hábitos alimenticios bajos en sal y
ricos en fruta y verdura.
Otro de los problemas por los que se ve afectada la
población infantil es la obesidad, presente en el 25% de niños y adolescentes
españoles. "El desarrollo de la misma puede producirse en los primeros mil
días de vida del bebé. Alrededor de los seis años se produce un fenómeno, el
rebote de adiposidad, en el que aumenta otra vez la grasa corporal, y lo que se
sabe también es que si ese rebote aparece precozmente se asocia con un aumento
de la frecuencia de la obesidad", remarca el presidente de la sociedad.
Por ello, el catedrático en Nutrición destaca la importancia
de no pensar que porque un niño esté gordo está sano y más guapo. "La
obesidad se asocia a muchas alteraciones, principalmente psicológicas, ya que
la gran mayoría presenta baja autoestima, o con otras enfermedades a largo
plazo como la diabetes tipo 2, o la hipertensión arterial, antes
mencionadas", añade.
El profesor Moreno defiende que se puede intentar prevenir
la obesidad y sus consecuentes complicaciones intentando modificar los estilos
de vida de los niños. "En distintas experiencias europeas se ha valorado
que el consumo de agua y de frutas y verduras, aumentar la actividad física y
disminuir el sedentarismo contribuyen a prevenir las enfermedades
cardiovasculares", sostiene.